Fabrice Le Hénanff, nacido en 1972 en Quimperlé, Bretaña, es un autor de cómics que se ha ganado un lugar destacado en el género histórico gracias a su enfoque detallado y realista.
Con formación en Artes Plásticas por la Universidad de Rennes, su carrera comenzó como ilustrador en el periódico Le Télégramme de Brest, donde perfeccionó su capacidad para capturar el detalle y transmitir historias visuales.
En 2003, irrumpió en el mundo del cómic con Les Caméléons, en colaboración con Henri Fabuel. Pero fue con H.H. Holmes, publicada en dos volúmenes (2006 y 2010), donde mostró su capacidad para narrar la vida de figuras históricas tan fascinantes como perturbadoras, explorando la mente del infame asesino en serie estadounidense. Este fue solo el inicio de su obsesión por explorar el pasado.
Con Ostfront (2011) y Westfront (2012), llevó su arte a nuevos niveles, retratando la Segunda Guerra Mundial desde diferentes perspectivas. No son simples relatos bélicos, sino un vistazo profundo a los sacrificios, miedos y dilemas de los protagonistas de ambos frentes. Su detallismo histórico, combinado con una narrativa cruda y realista, hace que cada página sea una experiencia inmersiva.
En 2014, se unió al escritor Laurent Seksik para dar vida a Modigliani: Prince de la bohème, una biografía gráfica del pintor Amedeo Modigliani que captura tanto su genialidad como su tragedia. En 2015, volvió a sorprender con Elvis en BD, un homenaje visual a Elvis Presley, donde su estilo único añadió profundidad a la leyenda del Rey del Rock.
Su trabajo Wannsee (2018) es una de sus obras más impactantes, centrada en la conferencia de 1942 que definió la «solución final» nazi. La atención al detalle en los escenarios y las expresiones de los participantes transforma esta obra en un recordatorio visual de uno de los episodios más oscuros de la humanidad.
En 2021, publicó Capitaine Bligh, una obra que navega por las agitadas aguas de la historia del capitán William Bligh, famoso por el motín del Bounty y otros episodios tumultuosos en su carrera. Aquí, combina su pasión por los detalles históricos con su habilidad para contar historias humanas.
Lo que distingue a Fabrice no es solo su capacidad para recrear el pasado con fidelidad, sino su habilidad para hacerlo resonar con el presente. Cada trazo está pensado para captar la atención, cada escena diseñada para contar algo más que una historia: para conectar con la esencia misma de sus personajes y sus contextos.
A lo largo de su trayectoria, ha demostrado que el cómic puede ser tan poderoso como cualquier otro medio para explorar la historia, hacer preguntas y provocar emociones. Su trabajo no solo ilustra, sino que invita al lector a sumergirse, reflexionar y, sobre todo, recordar